La genética juega un papel importante en nuestras vidas. Por ejemplo, hace poco leí un artículo de divulgación de una prestigiosa casa de estudios en el que se analizó el comportamiento de cierta especie de aves. En su mayoría estas aves encontraban una pareja de por vida, sin embargo había machos que tenían más de una. Dichos machos dejaban desperdigados en su camino decenas de crías y, mientras que los machos no presentaban el mismo comportamiento que su progenitor, las hembras tenían las mismas conductas en cuanto al apareamiento. Resulta que el padre de dichas aves transmite un gen que hace que las hembras sean más propensas a tener más de una pareja. Mi padre engañó a mi madre y entonces pensé que en un estudio científico había encontrado la respuesta a mi mala actitud ante las relaciones monógamas.

Años después leo un artículo sobre poliamor y empiezo a investigar qué es esta, como diría un amigo, “nueva joya de la posmodernidad”. Entonces encuentro artículos que me dicen que es lo más natural y primitivo, que es una herramienta contra el heteropatriarcadocapitalista, que es lo que está en boga, que el amor es para compartir, etcétera. Yo no pienso juzgar a nadie que se encuentre en una relación poliamorosa y creo, al igual que en la existencia de los aliens, en que hay parejas que son completamente capaces de entender que hay otras dinámicas para amar y comparten su vida con más de una persona. Sin embargo, también creo que hay cierta tendencia (y lo digo porque han sido más de dos personas las que me han insinuado este tipo de arreglos) a utilizar este término de poliamor en situaciones que nada tienen que ver con la dinámica que éste estilo de vida propone.

Cuando tu pareja actual no tiene ni idea de que estás con otras tres personas al mismo tiempo eso no es poliamor, eso es ser un idiota. No tiene nada de revolucionario, nada de feminista, nada en contra del heteropatriarcadocapitalista. Si no estás satisfecho ya sea con el nivel de plática que sostienen, con el nivel de cursilería que derraman o con el sexo que tienen la solución es fácil: dile. Cambien de rutina, compren un strap on, viajen, beban juntos, salgan al mundo… y si nada de eso te hace sentir más satisfecho, déjalx ir. No, la solución no va a estar en entrarle a las nuevas dinámicas del poliamor porque para empezar tú lo que quieres es un amante. Créanme yo he sido culera a un grado que hasta podría empezar a ser divertido y sé cuando estoy frente a alguien de mi estirpe.

Finalmente creo que esto del poliamor se ha confundido y ha servido para que ciertas personas puedan revolcarse con más de unx mientras tienen una relación en la que “no se la pasan mal, pero no se la pasan poca madre”. Lo que están practicando no es el poliamor. Poliamor mis huevos.