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Nov 14, 2016

Películas para colapsar mentalmente

by Alexa Legorreta

 

Si hay algo que me gusta hacer en la vida es ver películas. Ir al cine, comprarlas o hacer de Netflix mi fiel compañero. Cada fin de semana veo como mínimo ocho películas y entre semana veo dos, si el sueño no me lo impide.  No me canso y no me arrepiento de hacerlo; se aprende mucho. Se aprende lo suficiente.

Encontramos películas de distinto género que van desde lo bélico, ciencia ficción, suspenso y comedia, pero también encontramos las llamadas películas de «culto», que prácticamente algunas personas consideran o caen el error de llamarlas “cine de arte” o “cine de autor”. Sinceramente detesto este término, el cual no pienso discutir pues he traído para ustedes una selección personal de películas para colapsar mentalmente.

Aquellas que no terminamos de comprender a menos que las veamos más de cinco o seis veces, por decir un número decente de repeticiones. Nuestra cabeza colapsa al tratar de entender películas que nos generan cierta repulsión hacia el misterio, burlando toda realidad o adentrándose a nuestra mente de una forma que destruye cualquier canon de creación para deconstruirlo a algo complicado.  Desmenuzar las películas y las historias contadas por un guionista que son llevadas a la pantalla de manera excéntrica gracias a las propuestas de su director, puede llevarnos páginas de investigación a veces hasta filosófica.

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Melancolía

Partimos con el cine apocalíptico de Lars von Trier. Mucho se ha hablado de las temáticas de este director danés; al abordar Melancolía vemos las teorías fatalistas de cómo terminará la vida en la Tierra. Evocando hostilidad e incertidumbre en la ciencia ficción, toma como parte aguas el que parece ser el inicio de una nueva vida y termina con la falta de expresión ante un cataclismo.

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El árbol de la vida

Terrence Malick es otro de los directores capaces de hacernos perder la cabeza en cuanto a su narrativa como director. Esta película nos hace ver la historia de una familia que sufre la pérdida de uno de sus integrantes en los años 50. Saltando en las líneas del tiempo, el hijo mayor intenta abrirse un camino en el mundo para darse cuenta que no era lo que él esperaba.

Ahondando en una depresiva forma de mantenerse en el pasado y el presente, podemos ver sombras en cada una de las actuaciones de sus personajes, creando imágenes que los conectan con principio filosóficos del hombre y su capacidad para amar y perdonar.

 

 

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Fight Club

La vida como una ruleta rusa transforma la imagen del personaje principal en ésta película que, a manera de thriller psicológico, que en apariencia se basa simplemente en un club underground de peleas, va más allá de eso. Al punto de tomar desquites con la realidad llega a trascender hasta que se da cuenta que no se conoce a sí mismo.

 

 

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Oldboy

Muchos coincidieron en que Oldboy de Pak Chan-uk no necesitaba un remake. Inspirada en un manga del mismo nombre, las vibraciones visuales que tiene esta película nos hacen estremecernos con la vida del personaje principal. Su locura desconcertante nos atrapa en la primera impresión pero a la vez nos causa euforia al tratar de comprender su situación trágica.

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Los siete samuráis

Aunque esta película de más de 3 horas de duración de Akira Kurosawa nos muestra a primera instancia la vida en Japón del siglo XVI, en donde una aldea campesina es atacada, vemos el reflejo de un contexto político y social que hace más de 60 años Kurosawa nos emitió a manera de tragedia fulgurante. Y pone puntos de referencia en cada uno de los samuráis para conservar la seguridad y estabilidad de un pueblo.

 

 

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Saló o los 120 días en Sodoma

El rechazo principal por la película de Pier Paolo Pasolini quizás trasciende a sobre manera ya que fue prohibida en infinidad de países. Justificando que las escenas causaban desvaríos psicológicos, fue catalogada como una película que atentaba contra la iglesia, aludiendo al fascismo y a la perversión. La película habla firmemente de los cuatro “poderes del mal” para la satisfacción de los verdugos que someten a civiles jóvenes.

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Donnie Darko

Los viajes en el tiempo construyen un límite casi irreversible en Donnie Darko del director Richard Kelly. Un personaje vestido de conejo aparece de forma constante en la realidad de Donnie, un joven con esquizofrenia. Burlando a la muerte transgrede en universos paralelos y adyacentes. Es una de las películas que sin duda tienes que ver repetidas veces para lograr entenderla.

 

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Carretera perdida

Si queremos hacer un viaje largo al fondo de nuestra mente, David Lynch nos envuelve en su red visual y narrativa delirante en esta película. Muchos verán que el argumento de manera incomprensible se suma a nuestra lista, aunque en realidad sus metáforas e imágenes sean sencillas, puede resultar un poco frustrante el hecho de no encontrar una clave para entenderla.

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Inception

Una de las tramas más enredadas que hemos visto en esta década es sin duda la película que Christopher Nolan trajo para nosotros en el 2010. Recargada de sueños, la historia nos habla de una especie de extractor de recuerdos de la mente de las personas mientras duermen. Pero cada mente es un sueño y esto los hace prisioneros del subconsciente de cada uno. Si quieres pasar una tarde de películas capaz de volverte loco en su suspenso, Inception es recomendable.

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Pi: El orden del caos

Tratar de entender esta película de Darren Aronofsky puede llevarnos mucho tiempo. La película determina ciertos puntos de encuentro de los números que componen “pi”. Quizá es una de las películas más delirantes en el sentido del trastorno obsesivo compulsivo, ya que es evidente. El tener un sentido profundo de la vida contrasta con los miedos y paranoias que aquejan al personaje principal.

Estas películas te cuestionarán y te dejarán confundido pero siempre tendrás la necesidad de verlas una y otra vez a pesar de haberles encontrado sentido.

 

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