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Jun 1, 2016

Mi padre fue novio de Marilyn Monroe

by Alexa Legorreta

Mañana es cumpleaños de mi padre. Lo sé porque hoy es cumpleaños de Marilyn Monroe. Ella tendría 90 años y mi padre cumplirá 71.

Poco sé de mi padre, hace unas semanas mi mamá dijo que cumplía años el 2 de junio, no soy de las personas que se ensañan con la figura del padre. Pero lo que no sé, lo imagino y lo que sé, me maravilla. Y ahora sé que mi padre nació tres meses antes que la Segunda Guerra Mundial terminara oficialmente. Sé que no nació en cuna de oro y gracias a eso sé también la importancia de trabajar día y noche para ganar el pan que lleva a casa.

Cuando él nació, aún gobernaba el presidente Manuel Ávila Camacho; ha tenido 13 presidentes a lo largo de su vida, y por increíble que parezca, ha sobrevivido a todos. Creció en un rancho, y cuando dicen “rancho” me imagino vacas olorosas, caballos y a él trabajando cada mañana con ese sol del norte que repica y baña a uno de sudor en la cara y el resto del cuerpo.

Nació en la época del cine de oro mexicano, mi época favorita en México, pues en aquel tiempo las películas eran en blanco y negro, la vida era alegre, la gente era amable, Dolores del Río era considerada la mujer más bella del cine y ya andaba con el “Indio” Fernández, un actor que mi padre presume haber conocido.

Posiblemente vio todo el cine de Luis Buñuel en México o todo el de Ismael Rodríguez; siempre imagino que salió de extra en alguna que otra película de ellos cuando visitó la gran ciudad.

Nació en el auge del existencialismo de Sartre y Camus; y ahora puedo entender su carácter un poco. No recuerdo haber tenido una conversación con mi padre sobre su infancia, y aunque ya tiene siete décadas, no olvida ningún dato de su vida. Tengo algunas memorias de mi niñez a su lado, por ejemplo, cuando me dijo que no me subiera a un escalón del jardín que estaba construyendo en casa, y solo por desobedecerlo, lo hice, me caí y me abrí la pierna. O cuando me contó el día que vio por primera vez a punta de pie una computadora, pues las computadoras eran enormes en aquel entonces. O cuando iba al cine con mi mamá y al Bosque de Chapultepec cuando novios.

Tal vez ya había escuchado hablar de una tal Marilyn Monroe, sabía que su belleza era cautivadora, cegadora, la quería conocer, casarse con ella y hacerla madre de sus hijos, decirle que nunca más estaría sola en el mundo. O quizá simplemente tenía una foto de ella en su cartera y decía que era el verdadero amor de su vida, su única novia.

Marilyn murió triste y sola en su casa, como vivió durante toda su vida oscura, llena de desamores, desencanto y abortos. Murió el mismo año que Buñuel estrenó “El ángel exterminador”, el mismo año que conocimos a la “Lolita” de Kubrick. Murió creyendo no ser amada por nadie. Pero nunca supo que en el norte de México, un joven de 17 años le lloró hasta desgastarse los ojos y luego sonrió a la luz del día mientras trabajaba en su rancho, creyendo que se encontraría con ella cuando la muerte tocara la puerta, y que la única que la reemplazaría en el corazón roto de mi padre, sería mi mamá.

La única similitud que yo tengo con Marilyn, es que ambas sabemos que tenemos un papá. Pero poco sabemos de él. La diferencia, yo sí sé quién es el mío: mi padre fue novio de Marilyn Monroe.

Marilyn

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