Se me advirtió: «cuando pase podrás ver los continentes moverse». Más lentos que una serpiente o la sensación que te deja cuando te clavan los dientes en el cuello. A veces es tan lento que a uno le dan ganas de acelerar el paso, hacer que las cosas sucedan a destiempo (click here). Cuando pasa eso lo mejor es mirar a otro lado, a donde no existe uno. Los colores del asfalto que el ojo descompone, la mujer del metro que besa una foto de su hija en los cachetes y acaricia su cabello, las risas de las flores mientras se mecen, el gigante de lluvia que toca la ventana. Pensar en el otro, en las otras comunidades: la de los amantes, la de las familias, la de los fantasmas. No sólo por no sabotearse la incertidumbre del momento que existe entre que uno nada o se hunde (expresión facial) sino porque finalmente lo que se siente es más grande que uno mismo. No existen reglas definidas, es un juego de ciegos. De ahí que muchas veces uno no sepa muy bien qué hacer y si está sobrepasando algún límite del que no se ha hablado, las manos sudan, los dientes chocan . Entonces es mejor pensar en tu animal favorito, los tucanes son un buen inicio porque nunca he sabido el ruido que hacen. Pienso que sólo hablan cuando pasa algo importante. A veces creo que cuando se es feliz uno debe sentir un montón de tucanes revoloteando al interior de su cuerpo, como si éste se tratara de una selva. El pensamiento persiste, la incertidumbre (IDK IDK IDK), el vacío, la manos sobre los ojos sin querer saber nada del mundo. Entonces es tiempo de escuchar algo que no sea la propia voz en la cabeza, de preferencia algo que no tenga que ver con los humanos. ¿No les pasa que cuando escuchan una canción inventan videos en su cabeza? También se corre el riesgo de verse en las letras como un espejo, nada muy feliz pero tampoco triste, algo que uno escucharía como un murmullo en el bosque o en una nave vacía en medio del espacio. Si las interrogantes continúan es porque se trata de algo que no conocemos, uno puede decir que tiene un mapa exacto de cada cabaña en la que ha habitado pero estaríamos equivocados, siempre hay secretos. A veces uno los descubre muy tarde en un e-mail del 2010 (?) otras veces los secretos se quedan guardados en un juego de computadora mientras un hombre solo los mira pasar, sin aprehenderlos en su totalidad. Si da miedo no conocer la inmensidad a la que nos enfrentamos hay que empezar por algo pequeño e imaginarlo. No conozco la nieve, no se si es blanca o más bien gris. ¿Cuando tocaste la nieve por primera vez no sentiste frío? Si la nieve parece demasiado grande podemos pensar en un copo, lento como el movimiento de los continentes o mas lento aún.