Yo, la de la cabeza revuelta
Hasta hace poco consideraba que mi mayor gol en Bien Chicles era haber controlado mi alma costeña-guerrerense atrabancada y recia, pero no es así. Sin duda, ese sentir de atrevimiento de la costa que llevo en la sangre es algo que no se puede ocultar eternamente y en algunas ocasiones las ocupo a mi favor: tanto para conseguir que me den un espacio en un programa de tv como si el ñor que conduce fuera mi compa de toda la vida, o usar ese carisma acapulqueño para convencer a siete hombres a tomarse fotos y hacerme caso de posar de diferentes formas (a uno hasta lo hice saltar -pobre- (lo siento, túsabesquiéneres).
Pero nada, lean bien, NADA se había comparado a la locura de responder tantos mensajes con la misma amabilidad para todos sin llegar a sonar tosca o cortante. En una de esas, sucedió el más enorme oso que he cometido en BCH: Mich y yo estábamos en la oficina resolviendo asuntos, y como Fer no estaba acá, nuestra comunicación pasó a través de nuestro grupo en whatsapp. Entre los pendientes tenía el mandarle unas capturas de unos post a Fer y ¡pum! confundí a dos de nuestras clientas (porque yo no tengo la culpa de que se parezcan EME y ESE) y mandé en el chat de EME las capturas de ESE.
ESO NO ES TODO.
Fer contestó y ninguna de las dos nos dimos cuenta de la metida de pata (LOL). Fue entonces donde apareció el gol: whatsapp tiene opción para eliminar mensajes para todos si las otras personas (en este caso, la clienta) no lo han leído, así que aproveché mi rapidez en las manos y eliminé toda evidencia del error.
¿El resultado?: una risa nerviosa incontrolable.
En fin, chicxs, no sean como yo, chequen sus chats y pongan atención a todo, no les vaya a pasar como a mí y terminen mandándole la nude, el mensaje de love, el audio de odio a su amante en vez de su novix, ex o quimera.