The VVitch
Me encantan las películas de terror. Me gusta que me asusten en una sala obscura llena de extraños y que me hagan tomar la mano de quien va conmigo mientras miro entre mis cabellos o dedos, con los que inútil e hipócritamente trato de cubrir mis ojos. He pasado por todas, desde el Proyecto de la bruja de Blair, todas las de Actividad paranormal y algunas de posesión alienígena. Sin embargo, las que siempre me han gustado más son las que tienen que ver con lo demoniaco.
Vengo de una familia religiosa y a pesar de ello nunca he escuchado hablar mucho del otro lado de la moneda, de lo malo, de lo prohibido supongo que de ahí mi interés por ese subgénero especifico y mi costumbre de tapar mis oídos cuando, en pleno acto de exorcismo, se escucha un nombre que no quisiera llegara a mis oídos. Siempre estoy cazando películas de horror y algunas veces salgo decepcionada (véase: Ouija) y otras francamente perturbada (véase: El conjuro). Es mi costumbre (era) ir a verla con alguien especial, pero entre que ya no está y que me sentí muy valiente fui a ver The VVitch de Eggers. Salí pensativa, hubo momentos de tensión y terror, pero más allá de eso salí con la certeza de que se había tratado de una película profundamente feminista.
Al principio lo dudé un poco, pero mientras más lo pensaba era más claro: esta película era una invitación al feminismo. Thomasin nos lleva de la mano en su rebeldía, ella literalmente se transforma en la cabra negra de la familia pues no cumple con ningún canon de lo que debe ser una mujer en su contexto histórico, social y cultural. Pierde a su hermano por lo que sus habilidades como madre quedan en duda, no quiere casarse, se rebela contra su padre rompiendo uno de los mandamientos de su comunidad profundamente religiosa y explora su lado sexual (junto con otras mujeres #OMG). Como consecuencia la llaman bruja, es amenazante porque es poderosa y no sólo por eso sino porque se está convirtiendo en mujer. ¿Qué peor desgracia para una familia que la sexualidad latente de su hija? Qué peor desgracia que el empoderamiento sexual y corporal de una mujer cuando, en su época y en la nuestra, se nos ha dicho que es algo vergonzoso y secreto. Algo privado e intimo. Algo de lo que no se debe hablar y mucho menos estar orgullosos.
The VVitch es una película necesaria, hay que verla con todas las mujeres de la familia, armar un aquelarre, comprar una cabra negra de esas que gritan como persona y salir desnudas a correr al bosque. Hay que escribir nuestras propias reglas, quemar a las brujas maquilladas y plásticas que nos vendió Disney durante toda nuestra infancia, ser libres y sí, al fin y al cabo, vivir deliciosamente.