Siempre en plural
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Siempre en plural

Pero si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento.

George Orwell

No hay conocimiento sin sinapsis, no hay sinapsis sin neuronas, ni neuronas sin cerebro.

Nada sucede en aislamiento, nada pasa en individual. Lo real, lo grande, lo importante y lo que transforma, pasa necesariamente en plural.

El poder de la vida, de existir, de ser humanos está en nuestro cuerpo, que básicamente emula el funcionamiento ideal de nuestra sociedad. Pienso que la humanidad es siempre un conjunto de cosas para que algo más grande suceda. Pienso en los individuos que reconocemos como genios y pienso, finalmente, que ninguno de esos genios tiene tanto mérito, sólo más fama que los equipos de esos genios.

Pero ¿de dónde viene entonces que reconocemos a las personas en individuos y pocas veces en comunidades? El lenguaje nos libera o nos condena, es nuestro mal o nuestra bondad, por eso procuro el plural en mis palabras, alejarme de sentirme sola y única porque nunca es así. No quiero quitar, ni dejar de nombrar a otros a costa mía.

La supremacía, los modelos de autoridad mal entendidos e individuos que quieren tener más a costa de otros es lo que no permite crecer familias, empresas, comunidades y naciones enteras. El singular, entonces, no permite al plural existir.

Nada vivo sucede en singular. Es preciso sostener nuestros posturas en singular, defender lo que viene de dentro en primera persona, pero concientizar que el conocimiento ya fue de otros y que las palabras e ideas son conjunciones de una cadena infinita de humanos y no humanos construyendo argumentos. Enunciar en singular debe ser para hacernos responsables, pero no para excluir.

El singular trae consigo mucho de muerte. Hay dos cosas que los humanos hacemos realmente en singular, es decir, cuando realmente la realización del número gramatical se hace cierta: al morir y al defecar. Morimos en soledad, excepto las mujeres embarazadas, ellas en ocasiones mueren en plural. Defecamos en soledad, incluso cuando somos observados, la acción no sucede en conjunto. De hecho, defecar es el proceso en el que arrojamos el desperdicio que queda luego del proceso de la digestión, es decir, nuestro cuerpo expulsa lo que ya no necesita para seguir viviendo, expulsa muerte. De nuevo, el singular del acto de defecar es un proceso de muerte.

En plural nacimos, en plural crecemos, en singular morimos.

Antes de enunciarme dueña de algo recuerdo que no quiero hablar como si estuviera muerta: siempre en plural.

María González About the author

Me gusta cantar lo que cantaban mis padres cuando era niña. Me encanta lo popular, me aterra lo exclusivo. Tomo fotos por inercia, para no olvidar. Siempre quiero ser otra persona, por eso esa obsesión por contar historias. Bailo cumbia y salsa y guaracha y bachata. También todo lo demás. Pásele y dígame algo que no me deje cómoda.

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