La mujer se complementa con la mujer
por Alexa Legorreta
Hace unos días escuché a una candidata para diputada (cuyo partido no recuerdo) decir que el machismo entre las mujeres no existía, que la competitividad femenina era un mito, una invención de los hombres para desprestigiarnos y hacernos dudar una de la otra. Pues les tengo una mala noticia: se equivoca.
En un registro realizado por el INEGI, 121 millones de personas viven en México, 51.2% son mujeres y 48.8% son hombres. Y del total de horas dedicadas al trabajo, remunerado y no remunerado, los hombres contribuyen con el 40%, mientras que las mujeres con el 60%. Es decir, trabajamos una hora y media más que los hombres.
¿Por qué hago este recuento de registros? Vivimos en un país machista, y más en esta ciudad donde salir con falda, vestido o short a la calle es un riesgo mortal; porque nos chiflan o nos chistan como si fuéramos perros, nos acosan con «piropos» que no son piropos, y por ahí no va. Las mujeres nos vestimos como nos venga en gana, no para nadie, para nosotras. Es triste cómo a una extranjera no le brindan apoyo por denunciar un acoso callejero, pero es más triste cuando una mujer dice “Eso le pasa por vestir así.”
La mujer ataca a la mujer en lugar de apoyarla. Si en México somos más mujeres que hombres, ¿por qué no apoyarnos? ¡Aguas! No voy a dar una charla feminista, vamos aclarando las cosas desde el principio para que usted sienta comodidad al estar leyendo esto, el feminismo es un tema muy aparte aunque contribuya a la causa que les presento. Pero quiero recordarles lo que Simone de Beauvoir decía: No se nace mujer, se llega a serlo, ¿pero qué nos hace mujeres? ¿La discriminación hacia nosotras mismas? ¿La desvalorización solo porque otra nos cae mal? por fresa, gorda, flaca, fea, y todas esas etiquetas absurdas que nos ponemos porque no aceptamos lo que la otra tiene, lo que la otra es.
En la universidad recuerdo haber llevado el mismo pantalón de mezclilla que una de mis compañeras, y ésta se enojó mucho. Sigo sin entender por qué. No era su pantalón, era mío, pero era el mismo corte, mismo estilo, mismo color.
Las mujeres tenemos cientos de pretextos absurdos cuando otra mujer no es de nuestro agrado. Les llamamos “zorras”, “tontas”, sin saber que somos nosotras mismas las que nos llamamos así. Las mujeres competimos con nosotras mismas, no nos gusta celebrar a otra mujer, que si se gana un premio es por algo, no por su esfuerzo, no creemos en nosotras mismas pero estamos esperando la aprobación de otros, ¿pues así cómo?
¿No es esto triste? ¿Cuál es la necesidad de querer opacar y criticar a la otra? Estamos solos en el mundo, querer sobresalir a costa del otro no es ningún pretexto. Sí, existe gente que nos caiga mal, a mi me cae mal Jennifer Lawrence y Natalie Portman, tampoco hago un berrinche por ellas porque ni me conocen, pero reconozco que de las cinco películas en las que aparecen cada dos o cada año, actúan bien y tienen merecidos sus Óscar. Hay que saber reconocer el triunfo y el talento de las mujeres.
Muchos hemos escuchado a la Miss del reinado de belleza decir El hombre se complementa al hombre, mujer con mujer, hombre con hombre y también a hombre del mismo modo en el sentido contrario, y nos hemos reído por el trabalenguas o los pleonasmos que puede llegar a ser esta respuesta. Pero les tengo otra noticia: tiene razón.
La mujer se complementa con la mujer, debe complementarse y apoyarse con la mujer. Si no es ahora ¿cuándo? si no empezamos nosotras ¿entonces quiénes?