Grandes goles de la vida
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Grandes goles de la vida

Para muchos lo lógico o esperado sería que a continuación escribiera nombres como Maradona, Rafa Márquez, Pelé o hablará sobre el mundial y la copa champions pero honestamente ignoro absolutamente todo de el tema.

Para mí el gran gol es una metáfora de los errores que cometemos. ¡Claro! El balón es el poderoso chingadazo que entra en la portería que es la misma vida gris. Esa red es un delgado y frágil tejido compuesto por la cotidianidad y rutina, yo, en este caso,  juego el papel de el portero pero también muchas veces de quien mete el pinche gol, el delantero, el medio, todo mi propio equipo y el equipo rival, hasta el arbitro y la audiencia.
Uno de los ejemplos más grandes de mis autogoles fue la brillante decisión de vivir con un novio, y no un novio que conocí en la primaria y con el que llevo 20 años andando, nah, ¡qué va! me fui con el primer dude que se me acerco y le gusto mi peinado. Muchos metemos ese gol, gol prematuro. Porque claro, es bien cómodo tener ahí al muchacho, despiertas y ahí está el men en calzones, es más fácil, no lo tienes que esperar ni ir a buscarlo como mensa, no llega tarde a las citas porque está contigo TODO EL PUTO DÍA, comen lo mismo, gastan menos. La lista es amplia, pero ¿a qué costo?
Despiertas un día y PUFFF, se fue el misterio: ronca, habla más con su mamá de lo que creías, no le gusta cocinar, no tiene ningún ímpetu en despertar temprano para hacer cosas de adultos (aunque yo tampoco) o sólo no funciona. Así fue como la comodidad se impuso sobre la razón y estás atrapada con tus desiciones. Ahora tienes también a los hermanos y amigos todo el día metidos en tu casa y tú con las peores fachas del mundo.
Eso es un gol. Y te lo metiste tú solita. Y la neta rara vez funciona, rara vez es un gol que te hará pasar a alguna clase de eliminatoria o llevará a algún trofeo, normalmente al final alguno se va. Pero tristemente no va a ser el único gol que vas a meter. Luego se repite el partido con otro equipo y no hace diferencia alguna… es autogol. El factor común eres tú. En este caso, yo, qué luego se arrepiente y ahí anda llorando en el metro, en la panadería, en todos lados donde los humanos abunden, por que claro… los humanos te lo recuerdan…por que también es uno.
A veces el gol no viene de la nada, no es sólo tuyo y hasta parece que viene desde otro estadio. Pinches chingadazos que te dejas meter por andar en la lela. Como prestarle cosas a amigos con dedos de mantequilla, hacer trabajos gratis esperando que al final te paguen de todas formas, trámites en los que te rechazan, etc… pero, pues ni modo que cierres el estadio, ni puedes, es como un campo abierto. No se sabe cuándo se te caerá el celular al baño o dejarás tu bolsa como propina accidental en algún bar.
Sólo queda hacerse bueno en el deporte y aprender a gritar constantemente sin desgarrarse la garganta, por que cada gol hay que celebrarlo, sino pasa desapercibido y luego una no aprende cómo cuidar la red de los putazos y regresa… a llorar al metro.
Charlotte
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