Ella tiene una colección de dinosaurios
Él la descalza y la desnuda despacio.
Su gentileza es una especie en extinción.
Una figura ausente que se llama deseo.
Ella extraña la violencia de ese cariño.
Agotar su piel en una boca madura.
Helado de fresa que deshace los labios.
Un paisaje casi familiar son sus manos.
Mi dulce papi, mi dinosaurio, le dice.
Una estampita más a su colección prehistórica.
Amanece, un delicado sueño azul la vence.
Cuando despierte, el dinosaurio todavía estará allí.
(Ejercicio de microficción para el «Taller: Crear en redes, esa es la cuestión». Consistió en desarrollar 11 tuits de 7 palabras y uno de ellos fuera el cuento de Augusto Monterroso.)