Anarquismo relacional.
Una cosa es la teoría y otra la práctica. Aquí solo tocaremos la teoría.
Los modelos para relacionarse amorosamente están muy determinados por la idea de la pareja heterosexual monogámica desde que la sociedad decretó la propiedad privada, despuesito de convertirse en sociedad agraria como modelo de producción, más o menos por esas épocas.
Ese modelo se ha perpetuado en el imaginario colectivo como la manera “sana” de relacionarse. A una sociedad que dicta la idea de consumo como acto de fe necesita mantener el control social por donde se pueda para fijar la costumbre y mantener lo establecido como norma. Esto toca también al amor y a la forma de relacionarse.
El ideal que se nos siembra hasta los huesos es que estamos incompletos y necesitamos nuestra polaridad a nuestro lado para estar realmente completos. El detalle es que esa búsqueda es permanente y no sólo se encuentra entre las personas sino en absolutamente todo, el mantra es: a cada carencia emocional, un producto.
La familia monogámica es la base de la sociedad y la manera más efectiva, junto con la religión, de domesticar al ser humano y procurar que aunque se queje mucho se conforme y esté obsesionado siempre por estar completo hasta el día de su muerte.
Recientemente se puso de moda el poliamor pero desde mi punto de vista es otro círculo cerrado que conlleva muchas de las mismas dificultades de las relaciones cerradas. Las relaciones abiertas también han caído en un desprestigio por la falta de compromiso real entre las partes involucradas.
Cada vez hay más discusiones y foros para buscar otras manera de relacionarse lo más libres posibles. Libres, más que abiertas. Respetuosas y claras, sin posesión y sin apego. Dejando la responsabilidad de la felicidad en cada individuo y no en su contraparte de polaridad.
Entre estas reflexiones aparece recientemente el Anarquismo Relacional, que pregona el respeto y autonomía de los individuos y la plena libertad y responsabilidad de relacionarse con las personas que ame sin egoísmos, sin jerarquías y sin posesión. Las jerarquías son muy de uso del poliamor. En la Anarquía Relacional hay mucha responsabilidad mutua de a quiénes le dices te amo y el respeto por ser seres completos y plenos amándose en igualdad de circunstancia sin etiqueta alguna. Incluso cabe el modelo monogámico, si dos personas lo deciden así, de manera libre, será parte del acuerdo, con la posibilidad de ir modificando las reglas juntos.
Aquí el manifiesto Anarquista Relacional por si hay quienes se interesen por manifestar su amor de manera libre y responsable.