ANA Y BRUNO
Recientemente fui a ver Ana y Bruno al cine, no porque quisiera sino porque me convencieron, entre que vimos reseñas muy convincentes de Fernanda Solorzano y que todos en Facebook lanzaron comentarios positivos terminamos en el cine. La verdad es que fui con cero expectativas, desde que vi el póster de la película me pareció que los personajes se veían bastante sucios; es decir, me pareció que el coloreado los hacía lucir inacabados y tienen un sombreado y una textura que no me termina de gustar. No obstante ahí estaba yo, gastando $200 en una película de animación «100% mexicana» para «apoyar el cine mexicano».
El resultado fue lo esperado, no me gustó. Si pudiera darle una calificación del 1 al 10 le daría 1 por el esfuerzo. Y es que sí, la historia es buena y necesitamos poder hablar de todos los temas con los niños (incluido las enfermedades mentales y la muerte) sin embargo me parece que la película sólo se queda ahí: en las buenas intenciones. Algunos personajes me parecen vulgares, para ejemplo la elefanta; que sí a lo mejor en la historia estaba construido de esa forma sin embargo creo que pudieron haberla diseñado de otra forma. A parte de esto, el personaje de la elefanta, me parece un poquitín machista ya que es la representación mismita del girl on girl hate y de la idea de que entre las mujeres nos vemos como una competencia y no como compañeras de viaje. El borracho también me pareció nefasto, por aquello de la objetualización, porque siendo honestos él no quiere estar con la elefante por su buen corazón sino por sus tetas.
En cuanto a la fotografía la película deja mucho que desear, hay momentos en que parece que los personajes flotan y otros en los que las fuentes de luz no hacen sentido alguno. Y sí, aunque sea una película de animación, la fotografía es un aspecto fundamental para sumergir al espectador en la historia y en el tono emocional de la película. Y bueno, no hablemos de la animación porque hay partes en las que hay movimientos de los personajes que no hacen sentido. ¿De qué más me quiero quejar? ¡Ah, sí! El modelado de los personajes deja mucho que desear, las costuras se le ven por todas partes.
Y bueno que si es 100% mexicana y que por eso hay que apoyarla me parece una mentira en primera porque hay trabajo detrás de Ana y Bruno de estudios de animación de la India y para continuar porque me parece ridículo que porque algo es mexicano hay que apoyarlo, ya que no es un criterio suficiente para el espíritu cinematográfico que se debe construir en México. mejor digamos que hay que apoyar proyectos mexicanos de calidad. Me parece que se busca imponer una acción positiva sobre Ana y Bruno a través de críticas en medios y redes sociales sin ponerse a pensar que Ana y Bruno carece de elementos formales básicos para hacer de ella una gran película. Creo que el revuelo que causó fue más una cuestión de que el nombre del director es pesado en el medio cinematográfico gracias a El crimen del padre Amaro y no por un mérito técnico real.
Y bueno, finalmente creo que es una gran decepción que «la película más cara del cine mexicano» (104 millones de pesos ) y que 10 años de trabajo hayan resultado en una película mediocre, existen producciones que ocuparon menos recursos con mejores resultados como Big Fish & Begonia una película china que, aunque es una respuesta bastante peculiar a Studio Ghibli, tiene momentos extraordinarios y es una película mucho más relevante y sobresaliente que la producción mexicana Ana y Bruno. Creo que me resulta molesto porque sé que somos capaces de mejores resultado y como muestra resaltan Sofía Carrillo, el estudio de animación Cinema Fantasma, Fotosíntesis Media y Humanimalia. Que son proyectos y directores en los que sí se debería de estar invirtiendo, pero como todo en México el nombre es lo que cuenta y finalmente sospecho que los recursos fueron dados no tanto por la calidad del guión o la propuesta cinematográfica (que pudo haber sido mejor contada la historia en stop-motion) sino por la importancia del director en la historia del cine mexicano.