Mi experiencia en Tinder
«Le gustaba el rubiecito de ojos verdes, ése es un bombón.»
Fito Páez
Siempre creí que Tinder era para conseguir sexo fácil, y sí. La mayoría de los chicos y chicas se ofrecen tan descaradamente que te hacen dudar de su salud sexual.
Nadie cree que descargué Tinder porque escuché tres días seguidos en la radio que era una app súper divertida. (Soy de las personas que siguen escuchando la radio). Al descargarla, likeaba a todo mundo sin saber qué era un match.
Mi intención era sencilla: divertirme. Pero no sabía el concepto de «diversión» en Tinder. Primero puse fotos en mi perfil; el que enseña vende, pero ¿quieres vender? Si no, no te encueres, por favor. He visto más chicos desnudos en Tinder de los que jamás veré en mi vida. Y chicas enseñando cola y escote. El escote nunca falta.
Paso dos: una descripción tuya. Fui sincera desde el principio: “Pierdes tu tiempo si buscas sexo la primera, segunda, cuarta y décima cita, no tengo sexo con extraños”.
Hay una función para agregar si te interesan chicos o chicas, yo elegí los dos. También muestran tus gustos en Spotify e Instagram (si deseas adjuntarlo) y los amigos en común que tengas en Facebook.
Pero debes tener cuidado por si llegas a conocer a uno de los chicos que aparecen en la lista. Por error, una de mis amigas hizo “match” con un argentino que conozco sólo en Instagram. Me dio tanta vergüenza cuando mandó un mensaje con “Yo a vos te conozco”.
El primer chico con el que hablé se llama “Jorge” 27 años. Es ingeniero y fanático del buen vestir. Intercambiamos whatsapp pero jamás me invitó a salir. Sinceramente hasta la fecha me da coraje que no lo haya hecho.
Mi primera #TinderDate fue con un japonés, “Keiichi” 31 años. Cocinero de uno de los cinco mejores restaurantes japoneses de la CDMX (Sí, soy una stalker.) Quedamos de vernos a las 7pm. Mis amigas dijeron que los japoneses son súper puntuales y tenía que llegar puntual a la cita. Bien, tomé un UBER hasta “Daikoku Coyoacán”. Me llamó a las 6.57pm para decirme que llegaría un poco tarde. Llegué a las 7pm y lo esperé en la entrada del restaurante. Llegó a las 7.01pm. Cenamos ramen y sushi, mientras hablaba de su país, su trabajo y su vida en México. Paseamos por Coyoacán y lo llevé a mis tres bares favoritos. Ahí reíamos y me daba rocetas de maíz en la boca mientras me enseñaba frases en japonés. Pasamos la noche tomando hasta que en un punto le pregunté si había besado a una mexicana. Me dijo que no. Lo besé. Después me dijo: “Tus besos saben a chile.” Bueno, fue una cita interesante y divertida. Creo que se quería pasar de listo al final de la noche y como no pasó nada, me dejó de hablar.
Mi segunda cita fue con “Alejandro” 30 años. Un diseñador muy guapo que trabaja con árboles. Después de asistir a una larga presentación de un libro, me mandó mensaje para invitarme a comer tacos en Miguel Ángel de Quevedo. Llegué casi al cuarto para la una de la madrugada a “Los tres coyotes”. Él estaba ahí esperándome. Se sentó a hablarme de su día laboral, hablamos como si nos conociéramos desde hace años. Al terminar, caminamos por todo Miguel Ángel de Quevedo hasta División del Norte. Me besó tres veces. #CositaEuropeaYSexy!
Mi tercera cita fue con una chica de Monterrey que vive en la CDMX. Nos vimos un viernes en la noche en “Punto gozadera”. Ella me gustó muchísimo. Me pareció una chica inteligente, lindísima. Después de comer tlayudas fuimos a «El Bósforo» y le enseñé a tomar mezcal. Al final de la noche me llevó a casa. Me quedé esperando un beso, pero no pasó.
Mi última cita fue ayer con “Jonathan” 30 años. Fue hasta mi casa para tomar un helado. ¡Ay, Dios! Y es la primera persona en Tinder a la que le cuento de mis #TinderDates. Nada, me parece lindo.
Si no te gusta perder tu tiempo en Tinder, la puedes usar como un juego en la oficina o con las amigas. Es decir, préstale tu cel a una amiga o a tu jefa y que ella vaya dándole “Like” o “Nope” a chicos y chicas. Esto es súper divertido y hasta relajante pues, sin presunción les cuento que tengo 45 matches en la app. Tres de ellas son chicas.
Estoy en contra de las redes sociales para conocer gente, pero en realidad no hay mucho que cuidarse en Tinder, si un chico o chica no te cae bien, cancelas la compatibilidad y listo. No pases dirección de tu casa, ni número de teléfono a menos que hayan salido antes o quieran seguir en contacto. Tinder es divertido por muchas cosas, entre ellas: conoces gente nueva, coqueteas, tus amigas se divierten también, pero sobre todo, aunque suene un poco superficial, elevas tu autoestima con un «Super like».