Cosas que uno piensa mientras maneja
Las personas que viven en la Ciudad de México a veces piensan que todo está muy lejos cuando en realidad no es tanta la distancia entre uno y otro punto, aquí no manejo porque me da miedo el defeño al volante y no es porque los poblanos manejemos bien pero hay una sensación de peligro constante que me asalta cuando tomo el volante en la ciudad. Tampoco es que sea muy fan de manejar, sin embargo hay ocasiones en las que me es disfrutable.
Cuando era chica mi mamá y yo dábamos paseos en auto con las ventanas abajo y Shakira o Savage Garden a todo volumen; el viento se paseaba entre nuestros cabellos mientras cantábamos para aliviarnos, para conectarnos. Desde ese entonces cuando tengo un mal día me gusta imaginar que voy manejando por la Recta a Cholula con las ventanas abajo cantando A Little Respect de Erasure. Esa misma canción la canto cuando me siento muy digna de que me respete la décima letra del abecedario pero pues ambas sabemos que nunca funcionó.
Otras veces mientras manejo me pregunto si no es todo esto un sueño, si diez cuadras atrás choqué por ir distraída bailando La Culebra y morí como resultado del impacto (y tal vez por el karma de que me guste la canción porque con ella murió Colosio) y mi conciencia continuó el viaje hasta mi destino. Tal vez la mentira continuó hasta este momento en el que estoy escribiendo esto, si es así les pido de la forma más atenta que en mi funeral pongan esa canción de la sopa de caracol y le digan a la gente que morí ahogada de cansancio sobre un plato de sopa.